martes, 4 de mayo de 2010
Historias del barrio
3 de mayo, 22 horas... Están velando a José David, boliviano de 21 años que fue acuchillado el viernes 30 en la esquina de la Parroquia. Estaba con su mujer, Mari, también de 21 años; ambos corrieron, ella corrió más rápido. Ella escapó y penso que él también pero al volver lo encontró agonizando en la vereda.
Habían llegado de Bolivia hace un mes. Los recibieron una tía de él. Ella no tiene ningún pariente aquí. En Bolivia dejaron con su abuela una hijita que el 10 de mayo va a cumplir su primer añito.
Les dijeron, porque así dicen, que Argentina es tierra de esperanza, que en Argentina se vive bien, que en Argentina sí hay futuro. Vinieron buscando una vida mejor.
En cambio, lejos de la Patria encontraron la muerte y un dolor para el que no hay palabras.
Sólo nos queda pedir perdón, porque la culpa es de todos; no sólo del pibe que "de viaje" o que por unos mangos para "pegarse un viaje" cuchilla en mano lo acribilló.
La culpa es de todos porque aquí (donde le dijeron a José que hay futuro) no hay escuelas para los pibes, no hay atención médica, no hay cloacas, no hay una vida digna. A todo jóven del barrio se le presenta después del simulacro de secundaria que se les ofrece un abismo que aterra.
Perdón a José y Mari porque nos estamos acostumbrando a vivir así.
A nadie se le ocurre ya pedir justicia, sabiendo que no la hay
Queda la comunidad que acompoña con cariño a esta jóven casi desconocida para todos y que está triste, ausente, sin lágrimas, sin comprender, lejos de sus seres queridos.
Perdón porque en Argentina se los discrimina y nadie emigra de su Patria por placer. Lo aprendimos bien por experiencia propia
José y Mari. Como hace 2000 años atrás otra jóven pareja huyó de su tierra buscando salvar su vida.
Sigue el velatorio, en silencio, no hay palabras
Habían llegado de Bolivia hace un mes. Los recibieron una tía de él. Ella no tiene ningún pariente aquí. En Bolivia dejaron con su abuela una hijita que el 10 de mayo va a cumplir su primer añito.
Les dijeron, porque así dicen, que Argentina es tierra de esperanza, que en Argentina se vive bien, que en Argentina sí hay futuro. Vinieron buscando una vida mejor.
En cambio, lejos de la Patria encontraron la muerte y un dolor para el que no hay palabras.
Sólo nos queda pedir perdón, porque la culpa es de todos; no sólo del pibe que "de viaje" o que por unos mangos para "pegarse un viaje" cuchilla en mano lo acribilló.
La culpa es de todos porque aquí (donde le dijeron a José que hay futuro) no hay escuelas para los pibes, no hay atención médica, no hay cloacas, no hay una vida digna. A todo jóven del barrio se le presenta después del simulacro de secundaria que se les ofrece un abismo que aterra.
Perdón a José y Mari porque nos estamos acostumbrando a vivir así.
A nadie se le ocurre ya pedir justicia, sabiendo que no la hay
Queda la comunidad que acompoña con cariño a esta jóven casi desconocida para todos y que está triste, ausente, sin lágrimas, sin comprender, lejos de sus seres queridos.
Perdón porque en Argentina se los discrimina y nadie emigra de su Patria por placer. Lo aprendimos bien por experiencia propia
José y Mari. Como hace 2000 años atrás otra jóven pareja huyó de su tierra buscando salvar su vida.
Sigue el velatorio, en silencio, no hay palabras
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